El chile habanero es una de las hortalizas que, con riego tecnificado,
aprovecha la ventana de oportunidad de comercialización en mercados
cuando las heladas afectan cultivos en otras zonas del país, indicó el
investigador Rutilo López López.
Al afectarse en época invernal los sembradíos en el norte del país,
esa ventana de comercialización ocurre entre noviembre y febrero "y
ahí podemos ofrecerlo en el mercado regional o nacional con más
utilidades al productor", señaló.
A cargo de tres hectáreas con sistema de riego por goteo en el
municipio de Huimanguillo, el investigador del Instituto Nacional de
Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) mencionó
que tampoco se puede ir más allá de lo que demanda el mercado.
El sistema de riego con drenaje es una opción para evitar el exceso de
humedad, llegándose a un rendimiento mínimo de 20 toneladas por
hectárea de chile habanero, hasta con 20 cortes al año, mientras en
cultivos de temporal es menos de la mitad.
En un recorrido por la plantación de riego de chile habanero,
localizada en la ranchería Villa Flores, segunda sección, en el
municipio de Huimanguillo, al occidente del estado, detalló a Notimex
que tan sólo con una semana de secas, el rendimiento en temporal se
merma.
"Y sólo se obtienen de ocho a diez toneladas, pero además la calidad
del producto no es la que espera el mercado, a diferencia del riego,
que es mayor producción y calidad estándar", precisó.
Con doctorado en Ingeniería Agrícola y Uso Integral del Agua, detalló
los componentes de la producción en este sistema son la producción de
plántulas en charolas, la cubierta plástica, el fertiriego por goteo,
y el manejo y control de plagas.
A las semillas en el vivero, dijo, se le agrega un sustrato de musgo
canadiense y otros compuestos, con lo cual se les hace resistentes con
suficientes nutrientes.
"Se logra una planta vigorosa, controlada y trasplantada en campo para
que se desarrolle mejor en 45 días, las que tenemos aquí en una semana
estarán listas para llevarlas al terreno", refirió.
La mosca blanca que arrasó con cultivos hace diez años cuando
apareció, así como los ácaros, expuso, ahora puede controlarse mejor
al aplicarse los componentes básicos.
López López subrayó que una vez generada la tecnología o el
conocimiento de la investigación, viene la validación y la
trasferencia de tecnología en terreno con los productores, a quienes
se da una capacitación previa.
Estimó que dentro de las casi cuatro mil hectáreas de superficie de
riego que hay en el estado, unas 400 corresponden a hortalizas, como
el chile habanero, el tomate verde o la sandía, mientras el resto es
de perennes como la piña y los cítricos.
Señaló que la comparación de sabor y pungencia (picor) del habanero en
estas tierras con los de la Península de Yucatán, es similar.
"Aquí producimos calidad. Ya llevamos las muestras a medir y el nivel
de pungencia o grado de picor es igual, es la fama con que se
defienden (en el mercado)", enfatizó.
Lo cierto, añadió, es que hay variedades de especies con menos picor,
como son los híbridos que resisten más las plagas y son más grandes,
"pero el intermediario o el consumidor rápido los detectan que no son
picosos".
Las variedades que son cultivadas en las hectáreas a su cargo, dijo,
son Jaguar y Orange, con alto nivel de pungencia y de tamaño mediano.
Expuso que existe una certificación de origen del chile habanero, que
la tienen Yucatán, Campeche y Quintana Roo, al cual fue invitado
Tabasco, pero por las inundaciones de 2007 no se atendió y por ello no
ingresó, "pero eso no es un problema para nuestro mercado".
Los canales o camas donde están las plantas de chile se encuentran
cubiertas de plástico, las cuales tienen beneficios como el efecto de
reflexión de la luz, que se traduce en mejor eficiencia en la
fotosíntesis de la planta.
"También reduce la evaporación al guardar más la humedad. El plástico
es negro abajo y plateado arriba de la cama; el negro evita entrada de
luz y controla la germinación de maleza, que compite con la planta de
chile por luz, espacio y nutrimento", detalló.
Otro beneficio, añadió, es que al reducirse evaporación del suelo, el
tiempo de riego disminuye, con lo cual se ahorra agua y también al
controlar la maleza se ahorran jornales de trabajadores que la
arrancan a mano.
A pesar del exceso de agua en los meses de septiembre y octubre, se
puede producir con riego y drenaje al colocarse camas o bordos de 40
centímetros de alto y con la cubierta plástica el agua escurre hacia
los surcos que la lleva a un dren colector o parcelario y evitar
exceso de humedad.
En varios puntos del cultivo se enterraron tensiómetros o medidores de
humedad del suelo, que permite conocer su estado hídrico y así evitar
el estrés de las plantas por falta de agua.
"El gasto del agua es de un litro por hora y se mide la presión para
garantizar la uniformidad del sistema de riego y que la gota que cae
cerca del abastecimiento sea similar a la parte más crítica", reveló.
Además, mostró que se utiliza un medidor digital "Watermark" que
registra hasta 200 kilopascales, a fin de registrar la tensión de
humedad y se compara con las marcas de los tensiómetros.
La fuente de abastecimiento para el riego es de un pozo profundo a 50
metros, que bombea el agua a diez litros por segundo.
En la zona, también con el mismo sistema de riego, se plantó tomate
verde, cuya producción fue la última, pues por problemas de humedad
sólo se obtuvieron 30 toneladas este año en una hectárea, por lo cual
la utilidad fue menor.
Expuso que se aplicó a la superficie hematicidad y fungicidas a base
de cobre y oxicloruro de cobre para control de hongos y hemátodos, a
fin de limpiar el terreno y así realizar ahora el trasplante de chile
habanero existente en el vivero.
Para mayo de 2015, dijo, se estima que estará en producción esta nueva
superficie de la hortaliza.
Destacó que existe una franja de terreno que abarca los municipios de
Cárdenas, Huimanguillo y norte de Chiapas, que es de suelos fluvisoles
con más de tres por ciento de contenido orgánico, además de fósforo y
nitrógeno, lo cual permite ahorro de fertilizantes.
Por lo tanto, el investigador López López consideró que se requiere
más cultura hidroagrícola para la inversión y aprovechar la tierra.
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