Durante la batalla de Gembloux , dos de los hijos más grande de España dejaron esta anécdota, en dicha batalla .
En Gembloux 17.000 soldados del bando hispano se impusieron a 25.000 rebeldes.
Después de que un capitán español se excediera en sus órdenes y avanzara en exceso, auspiciando que los rebeldes los flanquearan, Farnesio, al frente de la caballería, se encargó de alejar las dudas: «Id a Juan de Austria y decidle que Alejandro, acordándose del antiguo romano, se arroja en un hoyo para sacar de él, con el favor de Dios y con la fortuna de la casa de Austria, una cierta y grande victoria hoy», afirmó Farnesio antes de iniciar la carga que terminó decidiendo el combate.
La victoria fue de entidad, con 34 banderas capturadas y 10.000 bajas rebeldes.
Don Juan de Austria, sin embargo, no estaba nada contento con la actuación de Alejandro Farnesio que había arriesgado su vida en las repetidas cargas « como si fuera un soldado y no un general ».
Don Juan de Austria, sin embargo, no estaba nada contento con la actuación de Alejandro Farnesio que había arriesgado su vida en las repetidas cargas « como si fuera un soldado y no un general ».
«El Rayo de la Guerra» replicó a su tío que «él había pensado que no podía llenar el cargo de capitán quien valerosamente no hubiera hecho primero el oficio de soldado».
Así lo hizo en posteriores intervenciones, siempre a la vanguardia del ejército, acompañado de la infantería de elite: los soldados castellanos
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