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viernes, 11 de noviembre de 2011

Las dos caras de la contaminación lumínica



Las luces jaquean la astronomía "amateur"

Las distintas fotografías de la Tierra durante la noche, se han convertido en imágenes icónicas del impacto de la humanidad sobre el planeta






Las mayores ciudades de la Tierra son visibles desde el espacio gracias al alumbrado urbano.
Los ETs, probablemente, también, dicen los astrónomos.
Las distintas fotografías de la Tierra durante la noche, se han convertido en imágenes icónicas del impacto de la humanidad sobre el planeta.
Las metrópolis gigantes de Tokio, las costas este y oeste de los Estados Unidos, y gran parte de Europa, iluminan nuestro planeta como adornos de feria.

Contaminación lumítica
Mientras la gente reclama más iluminación, los astrónomos desean la oscuridad.
La contaminación lumínica representa un problema insalvable para los cerca de 70 observadores de estrellas amateurs que hay en la ciudad de Córdoba.
Hay casos extremos. Uno de ellos es el de Alejandro Garro.
Hace unos meses descubrió una estrella binaria, dos astros que están unidos por su gravedad.
Se convirtió en el primer aficionado cordobés en hacer este hallazgo y publicarlo en una revista especializada.
Las ciudades de por sí ya están contaminadas no sólo por las luces, sino también el esmog.

Fuera de la ciudad
Pablo Cabral decidió huir de la ciudad para hacer sus observaciones y fotografías.
“Hay un derroche importante de luces. Habría que tomar medidas para racionalizar la iluminación. Colocar luces más productivas, que iluminen bien, pero no contaminen el cielo”.

Civilizaciones de otros planetas
Abraham Loeb, de la Universidad de Harvard en Cambridge, y Edwin Turner de la Universidad de Princeton en Nueva Jersey, señalan que es completamente razonable que civilizaciones de otros planetas también tengan que iluminar sus ciudades.
Cualquier vida inteligente que haya evolucionado a la luz de su estrella más cercana, es probable que tenga iluminación artificial encendida durante las horas de oscuridad.
Esta luz será diferente de la iluminación natural.
En la Tierra, hay dos tipos de luz artificial : la iluminación térmica en forma de bombillas incandescentes, y la iluminación cuántica, en forma de LEDs y luces fluorescentes.
“Los espectros de las luces artificiales en objetos lejanos probablemente se distinguirían de las fuentes de luz natural”, dicen Loeb y Turner.

Luz artificial constante
“La iluminación artificial puede servir como una farola que señale la existencia de tecnologías y civilizaciones extraterrestres”.
Pero, ¿cómo de fácil sería observar una ciudad en otro planeta? Claramente, esta luz tendrá que distinguirse del brillo de la estrella madre, y Loeb y Turner sugieren una forma de hacerlo.
Su idea es observar el cambio en la luz procedente de un exoplaneta cuando se mueve alrededor de su estrella.
Dado que su órbita será elíptica, la cantidad de luz reflejada cambiará con la distancia a la estrella. Pero la cantidad de luz artificial permanecerá constante. Por lo que el flujo total de un planeta con iluminación urbana variará de forma mediblemente distinta a la de un planeta sin alumbrado urbano.

Un problema.
“Para que esta señal sea detectable, el lado nocturno debe tener un brillo artificial comparable a la iluminación natural del lado diurno”, dicen Loeb y Turner.
Esto parece ser bastante improbable, dado que la iluminación nocturna de la Tierra es unas 100 mil veces menor que la diurna.
Pero son los inicios de esta forma completamente nueva de SETI.
Seguramente surgirán otras técnicas para observar ciudades que se encienden y apagan en la noche extraterrestre.

Luces de Tokio
Hay otra búsqueda que podría hacerse más cerca de casa.
Con la ayuda de algunos cálculos aproximados, Loeb y Turner dicen que los mejores telescopios actuales deberían ser capaces de ver la luz generada por una metrópolis del tamaño de Tokio a una distancia de unas 50 UA, que es aproximadamente la distancia al Cinturón de Kuiper.
Por lo que, si hay alguna ciudad ahí fuera, ya deberíamos ser capaces de verla.
“Los Objetos del Cinturón de Kuiper iluminados artificialmente podrían tener su origen en civilizaciones procedentes de otras estrellas”, dicen Loeb y Turner, quienes sugieren que podrían haber sido eyectados de sus propios sistemas y haber terminado allí. Incluso pueden haber pasado cerca de la Tierra en su camino a través del Sistema Solar, antes de la era de los telescopios.

Por si acaso
Por dicha razón, defienden que merece la pena estudiar los espectros de los Objetos del Cinturón de Kuiper, por si acaso.
Tal vez.  Sea como sea, Loeb y Turner han imaginado una nueva aproximación apasionante a la búsqueda de inteligencia extraterrestre.

Prometedora contaminación lumínica
Y en el momento justo. SETI necesita imperiosamente una inyección de nuevas ideas.
La firma de radio de la Tierra ha entrado en un drástico declive dado que las comunicaciones han cambiado de ondas aéreas a la fibra óptica.
Esto ha empezado a poner, metafóricamente, la zancadilla a un SETI racional basado en radio.
Pero, con el frenético ritmo de descubrimiento de exoplanetas, cada vez queda más claro que las civilizaciones ETs podrían revelarse de otras formas.
Y, como apuntan Loeb y Turner, la contaminación lumínica parece una firma tan prometedora como cualquier otra.

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