Este
tipo de cráteres de impacto es una ventana al pasado de la superficie
del planeta. En este caso, indica que la región de Thaumasia
Planumalbergó en algún momento grandes cantidades de agua o hielo bajo
su superficie, que fue brotando con cada impacto.
Los
hoyos en el centro de estos dos grandes cráteres, fotografiados por la
sonda Mars Express de la ESA el pasado 4 de enero, son el resultado de
dramáticas explosiones subterráneas que podrían estar relacionadas con
la presencia de agua helada bajo la superficie del Planeta Rojo.
Estos
cráteres ‘gemelos’ se encuentran en la región deThaumasia Planum, una
gran meseta al sur deValles Marineris, el mayor cañón del Sistema
Solar.
El cráter del norte (a la
derecha, en esta imagen) fue bautizado con el nombre deArimaa principios
de 2012; el del sur (a la izquierda) sigue sin nombre. Los dos tienen
más de 50 kilómetros de diámetro y presentan complejas estructuras en su
interior.
El cráter del sur se muestra aquí en perspectiva, desvelando las estructuras en su interior con gran nivel de detalle.
La
escalonada pared del cráter desciende hasta un fondo plano, en el que
llama la atención un gran hoyo justo en el centro, una peculiar
característica que también presenta el cráterArima.
Los cráteres con una depresión central son comunes en Marte, y en las lunas de hielo que orbitan a los planetas gigantes del Sistema Solar. Pero, ¿cómo se formaron?
Cuando un
asteroide choca contra la superficie rígida de un planeta, los dos
cuerpos se comprimen hasta alcanzar una densidad muy elevada.
Inmediatamente después del impacto, la región comprimida se despresuriza
rápidamente, provocando una violenta explosión.
Los
impactos de baja energía provocan un simple cráter con forma de cuenco.
Los eventos más dramáticos dejan tras de sí cráteres de mayor tamaño
con formaciones más complejas, como la elevación de un pico o la
formación de un hoyo en el centro de la depresión.
Una
de las hipótesis que tratan de explicar su formación sugiere que la
roca o el hielo fundido durante el impacto se drenó a través de las
fracturas en el fondo del cráter, dejando un hoyo vacío.
Otra
teoría propone que el hielo oculto bajo la superficie del planeta se
calentó rápidamente tras el impacto, vaporizándose y aumentando la
presión. La superficie rocosa se debilitó y terminó colapsando, dejando
un hoyo rodeado de escombros.
Este tipo de hoyos siempre se encuentra en el centro del cráter, que es dónde se deposita la mayor parte de la energía del impacto.
Aunque los dos
cráteres de esta imagen tengan tamaños similares, sus hoyos centrales
son bastante diferentes en términos de tamaño y profundidad, como se
puede ver claramente en la vista topográfica. El cráter de la izquierda
presenta un hoyo más profundo, que podría indicar que había más hielo
bajo su superficie, que se vaporizó más rápidamente, o que la corteza
era ligeramente más fina en ese lugar.
Muchos
de los cráteres de sus inmediaciones también presentan pruebas que
indican la presencia de agua o hielo subterráneos, extraídos en el
momento del impacto.
Las capas de
escombros que rodean a estos cráteres están formadas por las rocas
arrancadas por el impacto.
Muchas de ellas presentan lóbulos con forma
de pétalo a su alrededor, producidos por el flujo de los lodos generados
cuando los materiales arrancados se mezclaron con el agua líquida
extraída del subsuelo.
Este tipo de
cráteres de impacto es una ventana al pasado de la superficie del
planeta.
En este caso, indica que la región de Thaumasia Planumalbergó en algún momento grandes cantidades de agua o hielo bajo su superficie, que fue brotando con cada impacto.
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