La teoría de la relatividad general de Einstein, que explica la
gravedad como una consecuencia de la curvatura del espacio-tiempo creada
por la presencia de masa y energía, ha superado todas las pruebas desde
que fue publicada por primera vez hace casi cien años. Pero no puede
ser la explicación definitiva y en última instancia acabará siendo
sustituida

Este pulsar se llama PSR J0348+0432 y se trata de los restos de una
explosión de supernova. Es dos veces más pesada que el Sol, pero tiene
solo 20 kilómetros de tamaño. La gravedad en su superficie es más de
300.000 millones de veces más fuerte que la de la Tierra y, en su
centro, cada volumen equivalente a un azucarillo cuadrado pesa más de
mil millones de toneladas concentradas. Su compañera, la estrella enana
blanca, solo es un poco menos exótica: es el brillante resto de una
estrella mucho más ligera que ha perdido su atmósfera y se está
enfriando lentamente.
“Estaba observando el sistema con el Very Large Telescope de ESO,
buscando cambios en la luz emitida por la enana blanca causados por su
movimiento alrededor del púlsar”, afirma John Antoniadis, un
estudiante de doctorado del Instituto Max Planck de radioastronomía
(MPIfR) en Bonn, y autor principal del artículo. “Un rápido análisis
inmediato me hizo ver que el púlsar era muy pesado. Es el doble de la
masa del Sol, lo que la convierte en la estrella de neutrones más masiva
conocida hasta el momento y, al mismo tiempo, en un excelente
laboratorio de física fundamental”.
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