BRASILIA (AFP)La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, apresaba el viernes la convocatoria de un plebiscito, aunque sus planes para contener la insatisfacción ciudadana y las multitudinarias protestas se topan con una economía desacelerada, un presupuesto ajustado y un Congreso que quiere hacerlo a su manera.
Rousseff recibía este viernes a representantes de la sociedad, cerrando una semana de intensas reuniones -con gobernadores, alcaldes, partidos, sindicatos, y los presidentes del Parlamento y la Corte Suprema- para impulsar un plebiscito que lleve a una reforma política y cuya propuesta pretende enviar al Congreso el martes.
El ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva celebró el plan de convocar a un plebiscito, que "tiene el mérito de romper el impasse en esta cuestión decisiva, que hace décadas entra y sale de la agenda nacional, sin lograr cambios significativos".
Rousseff anunció el lunes la convocatoria de ese plebiscito -que tiene que ser aprobado por el Congreso-, con otras medidas para la educación, la salud y el transporte, parte de un paquete gubernamental para contener las gigantescas protestas callejeras extendidas por todo el país en reclamo de mejor servicio público y contra los millonarios gastos en los estadios del Mundial 2014, algunos de los cuales acogen a la Copa Confederaciones, cuyas finales se juegan el domingo.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, apresaba el viernes la convocatoria de un plebiscito, aunque sus planes para contener la insatisfacción ciudadana y las multitudinarias protestas se topan con una economía desacelerada, un presupuesto ajustado y un Congreso que quiere hacerlo a su manera.
El viernes, nuevas protestas bloqueaban carreteras en varias partes del país y estaban convocados nuevos llamados a la calle en al menos 15 ciudades.
Tras los anuncios del gobierno y el Congreso, las protestas fueron menos intensas esta semana, pero continuaron en medio a la Copa Confederaciones y el domingo había un llamado a nuevas manifestaciones coincidiendo con la final de la Confederaciones entre España y Brasil, en el Maracaná.
El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, dijo en entrevista de prensa que espera que "el movimiento que estamos viendo en las calles" no continúe hasta el Mundial-2014.
- LA OPOSICIÓN ESTÁ EN CONTRA DEL PLEPISCITO
La presidenta dejó pendiente una reunión con los líderes de oposición, que se oponen a un plebiscito con iniciativas concretas sobre la reforma política, y consideran que ésta debe ser realizada por el Congreso y luego sometida a un referendum, para que la población la acepte o la rechace.
Los partidos opositores acusan a Rousseff de desviar la atención con el plebiscito: "La calle quiere respuestas para la salud, educación, transporte", dijo a la AFP el líder socialdemócrata en la Cámara de Diputados, Carlos Sampaio.
Rousseff -cuya coalición tiene mayoría aplastante en el Congreso pero, aunque poco fiel a los designios del gobierno- cosechó el jueves el apoyo al plebiscito delos partidos aliados, dijo el líder del gobierno en la Cámara, Arlindo Chinaglia, del gobernante Partido de los Trabajadores (PT).
El Congreso consiguió impedir la convocatoria de una constituyente, inicialmente pretendida por Rousseff, y no quiere perder el poder de definir la reforma, ni su protagonismo ante una opinión pública que lo considera como una de las instituciones menos confiables, y clama en las calles contra los políticos y la corrupción.
La Cámara de Diputados y el Senado aprobaron en la semana un insólito paquete de medidas en respuesta a la calle, como la entrega de los royalties del petróleo a educación y salud, incentivos para reducir el precio del transporte y el aumento de penas por corrupción que ahora será crimen atroz con duras penas.
- EL CONGRESO APROBÓ EN POCAS HORAS LO QUE OMITIÓ EN AÑOS
"En pocas horas fueron resueltas materias cuya tramitación se arrastraba durante años o décadas. Nada como un poco de presión para que diputados y senadores olvidaran sus agendas personales y se pusieran a trabajar", afirmó Helio Schwartsman, comenarista de Folha.
Pero atender a las calles descontentas, tras dos años de bajo crecimiento económico y elevada inflación, enfrenta las dificultades de un presupuesto ajustado. El ministro de Hacienda, Guido Mantega, aseguró esta semana que su gobierno cumplirá el compromiso de alcanzar un superávit fiscal primario de 2,3% del PIB (ahorro del gasto público destinado a pagar intereses de la deuda).
"Lo que el Congreso aprobó en su hiperactivismo político, y las medidas adoptadas por los gobiernos central y de los Estados, aumenta los gastos, en un momento en que el Mercado lo que está diciendo es que Brasil necesita de ajuste fiscal", dijo a la AFP Ricardo Ribeiro, de MCM Consultores.
Sin embargo, el Banco Mundial contribuyó esta semana con la aprobación de dos préstamos por más de 910 millones de dólares.
El Banco Central redujo el jueves la previsión de crecimiento económico para este año a 2,7%, y aumentó la de inflación a 6%, por encima del centro de la meta oficial de 4,5%.
En reclamo de la agenda laboral y para sumarse a las voces de las calles, las grandes centrales del país han llamado a una jornada de protestas y paralizaciones en todo el país el día 11 de julio.
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sábado, 29 de junio de 2013
Rousseff impulsa su plan antiprotesta, que tropieza con la economía y la política
via afp.com
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